Ya no hace frío.
Al menos no todo el día.
Los vientos azotan la nave, los asteroides rompen las alas...el tiempo mata a los tripulantes.
Pero ninguno puede con el amor.
El amor a viajar.
Amor por las estrellas, por las nebulosas por la nada.
Nadie puede con esa sensación que te invade al salir de la velocidad de la luz.
Botones de colores en cabina.
Estrellas fugaces en el mirador.
Ausencia de oxígeno.
Felicidad.
No puedes fijarte en una cosa solo.
No se si me quedo en el cinturón de Orión o prefiero variar.
No se hacia donde ir.
Hay tanto.
Y tan poco tiempo.
Amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario