sábado, 5 de febrero de 2011

El Fuego.

Fuego.
Sangre.
Dolor.
Pero fuego.
Llevo eones vagando por estas tierras.
Cada grano de arena conoce mi nombre y cada hoja verde mi sabor.
Yo enseñe a los dioses a mover las montañas y propague el aullido del lobo por la noche.
Mis manos mueven las olas.
Mi ser no tiene fin.
Pero el fuego.
Puedo enseñarte los cielos y las nubes, el mar y la oscuridad.
Puedo crear mundos para tus ojos y destruirlos en un segundo.
No hay nada que se escape a mi poder.
Y sin embargo el fuego.
Siempre arderá.
Siempre.
El Fuego.

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