Esta bien sentirse un poco desesperado.
Esta bien quedarse dormido y llegar tarde.
Pero no esta bien quedarse sin canutos.
Ni beberse toda la cerveza.
Ni que te enfades conmigo.
Esta bien echarte de menos.
Porque significa que soy un ser humano.
Por mucho que luche por negarlo.
cerebros destruidos
martes, 30 de octubre de 2012
viernes, 12 de octubre de 2012
Se me olvidó otra vez.
Me preguntas y no se como responderte.
A lo mejor te echo de menos porque estas hecha de canciones.
Porque cuando me despierto lo primero que espero ver son tus ojos y no solo una foto.
Porque una vez fuiste mía y ahora solo me queda un rincón lleno de recuerdos.
O porque se que tu no me echas de menos y tengo que hacerlo por los dos.
A lo mejor te echo de menos porque estas hecha de canciones.
Porque cuando me despierto lo primero que espero ver son tus ojos y no solo una foto.
Porque una vez fuiste mía y ahora solo me queda un rincón lleno de recuerdos.
O porque se que tu no me echas de menos y tengo que hacerlo por los dos.
martes, 2 de octubre de 2012
✖
Estoy bloqueado.
Llevo varios intentos y ninguno da resultado.
Estar aquí es una mierda.
Hace frío y no hago otra cosa que no sea leer cómics.
Me tiro el día soñando que vuelo hasta tu ciudad y te salvo de las garras de algún villano de Marvel.
Soñando que cuando vuelva tu estarás ahí para recibirme.
Soñando.
Y se acaban las viñetas y me toca afrontar la realidad.
La realidad de mierda en la que he acabado.
Mojandome los zapatos para poder fumarme un porro mientras tu duermes con tu superhéroe personal.
Esperando poder volver y llevarte a mi fortaleza de la soledad.
Esperando.
Con la absurda esperanza por las nubes.
Simplemente para darme cuenta de que al final de cada capítulo, el supervillano cada vez es más fuerte.
Y no se si soy yo o simplemente es el agobio, pero cada vez parezco más débil.
No se a donde quiero llegar con esto.
No se que quiero decir.
Quería contarte que cada día esto va a más.
Que te echo más de menos de lo que debería.
Que no soy capaz de rendirme.
Pero que esperabas?
Se que todo en lo que creo es resultado de la imaginación de un tal Stan.
Olvida toda esta mierda, solo quiero que me digas lo mismo que le dice Mary Jane a Peter Parker cuando tiene que sacar a Spiderman de paseo.
"A por ellos tigre."
Llevo varios intentos y ninguno da resultado.
Estar aquí es una mierda.
Hace frío y no hago otra cosa que no sea leer cómics.
Me tiro el día soñando que vuelo hasta tu ciudad y te salvo de las garras de algún villano de Marvel.
Soñando que cuando vuelva tu estarás ahí para recibirme.
Soñando.
Y se acaban las viñetas y me toca afrontar la realidad.
La realidad de mierda en la que he acabado.
Mojandome los zapatos para poder fumarme un porro mientras tu duermes con tu superhéroe personal.
Esperando poder volver y llevarte a mi fortaleza de la soledad.
Esperando.
Con la absurda esperanza por las nubes.
Simplemente para darme cuenta de que al final de cada capítulo, el supervillano cada vez es más fuerte.
Y no se si soy yo o simplemente es el agobio, pero cada vez parezco más débil.
No se a donde quiero llegar con esto.
No se que quiero decir.
Quería contarte que cada día esto va a más.
Que te echo más de menos de lo que debería.
Que no soy capaz de rendirme.
Pero que esperabas?
Se que todo en lo que creo es resultado de la imaginación de un tal Stan.
Olvida toda esta mierda, solo quiero que me digas lo mismo que le dice Mary Jane a Peter Parker cuando tiene que sacar a Spiderman de paseo.
"A por ellos tigre."
sábado, 22 de septiembre de 2012
Albión.
Aqui estamos, volando entre rascacielos.
Paseando por las nubes de Albión.
Echando de menos lo bueno, lo malo y lo que nunca llegó.
Vestidos con una capa que nos hace inmortales una vez muertos.
No hay claridad ni desesperación.
Solo hojas movidas por el viento.
Paseando por las nubes de Albión.
Echando de menos lo bueno, lo malo y lo que nunca llegó.
Vestidos con una capa que nos hace inmortales una vez muertos.
No hay claridad ni desesperación.
Solo hojas movidas por el viento.
martes, 28 de agosto de 2012
La verdadera luz está entre las sombras.
El humo está empezando a afectar a mi cerebro.
Las luces se mueven y muestran su verdadera cara.
Entre los árboles el viento me habla.
Y las estrellas huelen a invierno.
Hace mucho tiempo, en un lugar que nadie pudo imaginar, había una ciudad de luces de colores y olores brillantes.
X vivía en un último piso. Un apartamento lleno de lámparas de lava y peceras llenas de medusas.
Cuando llovía había goteras y la cocina se llenaba de humedades. Pero daba igual.
X escribía historias por las paredes.
Los ceniceros estaban siempre llenos de canutos muertos y los vasos siempre tenían un intenso olor a licor de hierbas.
Las noches y los días pasaban a cámara rápida ante los ojos de X.
La música rebotaba en las lágrimas y la tinta.
Un día, X, dejó de escribir.
Un día dejó de respirar.
Pero seguía vivo.
Ya no había días, ya no había respuesta.
Horas y segundos, gramos y billetes, zumo y yougurt.
X pensaba que eso sería el final.
Pero Bú le salvó.
Las sombras se estaban comiendo a X y ella llegó y con su sonrisa lo cambió todo.
La ciudad de las luces volvía a brillar y la lluvia ya no entraba por el tejado.
Sabes esa sensación que te entra cuando ves que algo bueno esta de camino?
Todos los días sabían a lasaña.
Todos los minutos olían a marihuana.
Pero Bú se fue.
Y dejó un camino de risas y sangre.
Un rastro de felicidad irreal que impregnaba las paredes de la casa del último piso.
Ella se fue y X tardó tiempo en darse cuenta.
Y cuando el sueño decidió abandonar, X se dio cuenta de lo que había pasado.
Ahora anda por las calles más iluminadas en búsqueda de sombras.
Esperando encontrar una puerta al mundo de los sueños.
El mundo de la luz blanca y los noodles.
Las luces se mueven y muestran su verdadera cara.
Entre los árboles el viento me habla.
Y las estrellas huelen a invierno.
Hace mucho tiempo, en un lugar que nadie pudo imaginar, había una ciudad de luces de colores y olores brillantes.
X vivía en un último piso. Un apartamento lleno de lámparas de lava y peceras llenas de medusas.
Cuando llovía había goteras y la cocina se llenaba de humedades. Pero daba igual.
X escribía historias por las paredes.
Los ceniceros estaban siempre llenos de canutos muertos y los vasos siempre tenían un intenso olor a licor de hierbas.
Las noches y los días pasaban a cámara rápida ante los ojos de X.
La música rebotaba en las lágrimas y la tinta.
Un día, X, dejó de escribir.
Un día dejó de respirar.
Pero seguía vivo.
Ya no había días, ya no había respuesta.
Horas y segundos, gramos y billetes, zumo y yougurt.
X pensaba que eso sería el final.
Pero Bú le salvó.
Las sombras se estaban comiendo a X y ella llegó y con su sonrisa lo cambió todo.
La ciudad de las luces volvía a brillar y la lluvia ya no entraba por el tejado.
Sabes esa sensación que te entra cuando ves que algo bueno esta de camino?
Todos los días sabían a lasaña.
Todos los minutos olían a marihuana.
Pero Bú se fue.
Y dejó un camino de risas y sangre.
Un rastro de felicidad irreal que impregnaba las paredes de la casa del último piso.
Ella se fue y X tardó tiempo en darse cuenta.
Y cuando el sueño decidió abandonar, X se dio cuenta de lo que había pasado.
Ahora anda por las calles más iluminadas en búsqueda de sombras.
Esperando encontrar una puerta al mundo de los sueños.
El mundo de la luz blanca y los noodles.
martes, 21 de agosto de 2012
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